sábado, 9 de noviembre de 2013

Lo que no solucionaron las autonomías



Queridos lectores, les dejo un enlace al blog de D. Jesús Fernández-Miranda y mi posterior contestación -modificada- a su post:


http://reflexionesheteroclitas.blogspot.com.es/2013/10/el-estado-autonomico.html



Querido Jesús:

En efecto, todo el que haya leído a Ortega y Gasset -y que goce de sentido común- reconocerá que ésta -la suya- es una gran reflexión que recopila los principales pilares en los que se sustenta el filósofo para determinar las causas que llevan a la temida desvertebración de España. Como eje principal, la falta de un gran proyecto común que lleva al particularismo. A modo de ejemplo alude, en "La España invertebrada", a las grandes conquistas acaecidas hasta el reinado de Felipe II, en pro de un gran imperio, que se van perdiendo -sucesivamente- encontrando su fin en del "desastre del 98".


Sorprende ver que, casi un siglo después de las conclusiones de Ortega, algunos españoles ven como solución -buenista, desde mi punto de vista; y desde el suyo, don Jesús- aquella hacia la que, en un principio, pareció inclinarse Azaña al suscribir -en un documento-  los compromisos por los que se establecía la "Alianza Republicana", que no es otra que el federalismo -al que también hace Ud. referencia-; aunque, posteriormente, pareciera decantarse por las autonomías. Y yo me cuestiono lo siguiente: si las autonomías -punto intermedio defendido por Ortega a principios del SXX- fracasaron estrepitosamente en su posterior aplicación e intento de dejar faltos de motivos a unos pocos radicales y contentar a una mayoría catalana, desconfiada, a base de escuchar un mismo discurso que empezaba a calar a fuerza de repeticiones: ¿por qué se vuelve al punto de partida proponiendo una solución de extremo en pleno SXXI que sólo conduce a lo que se lleva intentado evitar -el fraccionamiento- desde finales del XIX?Y más aún teniendo en cuenta que, en los recientes y pasados años de figurada bonanza, hubo un silencio casi sepulcral; el dinero fluía con la misma graciosa alegría que ZP nos situaba en la Champions League cuando ya nos aproximábamos al gran abismo.


Y llegó la crisis, y volvió a aflorar el problema -que yacía tan dormido como Martín Vázquez de Arce-. Volvió a cumplirse la profecía –la de Ortega y Gasset allá por los años treinta y tras los estertores de los "felices años veinte”-, hoy:


"En las horas decadentes, cuando una nación se desmorona, víctima del particularismo, las masas no quieren ser masas, cada miembro de ellas se cree con personalidad directora, y, revolviéndose contra todo aquel que sobresale, descarga sobre él su odio, su necedad y su envidia"


Por contra, el resto de España y un gran número de catalanes solidarios -azuzados, sin éxito, por quienes realmente les roban- vemos cada una de las partes integradoras de nuestro país como unidades enriquecedoras de un todo -como demostramos en el momento de la "Barcelona 92"- ; y las empresas catalanas más internacionales, se desvinculan de todos los intencionados e interesados delirios de unos cuantos ególatras que, con una necesitad insaciable de dinero para despilfarrar en entelequias –como si de Saturno devorando a sus hijos se tratara-, también pretenden cambiar los libros de historia para simular un martirio que nunca existió.


Como queda demostrado a través de la historia real, las autonomías parecen no haber sido un bálsamo para el pretendido “problema” catalán, que aparece y se esconde como el Guadiana, a merced de intereses. Tal vez por este motivo, D. Torcuato Fernandez-Miranda pensó en la vía de las autonomías como un instrumento que, lejos de ser una solución, se utilizaría como medio para otro fin muy distinto al consenso.

Un saludo.

A. Valois.

2 comentarios:

  1. Gracias Lolita por citar mi Blog, pero su post tiene, en si mismo, esencia de Post autónomo y valioso. Únicamente me permito una aportación. El empeño de los padres de nuestra Constitución Vigente no fue otro, pese a la experiencia del amargo fracaso de las Autonomías durante la II República, que el atraerse, por las élites nacionales, a las oligarquías de derechas de las regiones nacionalistas. Ingenuo empeño a que respondía el ánimo autonomista, desengañado, de Ortega y otros coetáneos. Ya lo dice el refrán. "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra" y más si es carpetovetónico...
    El propio Azaña echaba pestes contra los nacionalistas, considerando que su esencia era la permanente traición a la Patria. Tal y como hoy sigue siendo.
    Gracias

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  2. Muchas gracias, don Jesús:

    Agradezco el tiempo que emplea en la lectura y comentarios a mi recién nacido blog; como también agradezco la acogida que siempre me ha ofrecido en el suyo.Es un gran honor para mi.

    L. Valois.

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